El linfoma o la leucemia de burkitt es una enfermedad rara en occidente y representa menos del uno por ciento de todos los LNH aunque en niños llega hasta el 30%.
El diagnostico de esta enfermedad se confirma con una fraccion de proliferacion muy numerosa, y la presencia de t(8;14) o alguna de sus variedades, de la t(2;8) o de la t(8;22). La leucemia de celulas de burkitt se diagnostica gracias al tipico tamaño mediano de sus celulas con sus núcleos redondos, abundantes nucleolos y un citoplasma basofilo con vacuolas. El diagnostico se confirma demostrando el inmunofenotipo de la celula B y alguna alteración citogenética citada anteriormente.
Las tres formas clinicas son :La endemica. (niños de África)La esporadica (niños de África)La asociada a inmunodeficiencias (SIDA).
Los anatomopatologos a veces tienen muchas dificultadas para distiguier entre el linfoma de Burkitt y el linfoma de celulas grandes B. A veces esta diferenciación se realiza calculando la fraccion de proliferación, que es sumamente elevada en el primero y que se debe a la falta de regulación del gen c-myc.En cuanto se diagnostica hay que hacer un a estadificacion “expeditiva” ya que es el tumor humano que mas rapidamente empeora y cualquier demora empeora el pronostico.El tratamiento se realiza a base de pautas de poliquimioterapia que habitualmente contienen dosis elevadas de ciclofosfamida. Es indispensable la profilaxsis del SNC.
Diagnóstico molecular del linfoma de Burkitt
ANTECENTES: La distinción entre el linfoma de Burkitt y el linfoma de linfocitos B grandes difuso resulta crucial porque estos dos tipos de linfoma requieren tratamientos diferentes. Estudiamos si el perfil de expresión génica era capaz de distinguir de forma fiable el linfoma de Burkitt del linfoma de linfocitos B grandes difuso.
METODOS: Se realizó el perfil de expresión génica de muestras de biopsias tumorales procedentes de 303 pacientes con linfomas de gran malignidad y se clasificaron según sus características morfológicas e inmunohistoquímicas y la presencia o ausencia de la translocación t(8;14) en el gen c-myc.
RESULTADOS: La clasificación basada en la expresión génica identificó correctamente los 25 casos verificados mediante estudios de anatomía patológica de linfoma de Burkitt clásico. El linfoma de Burkitt se distinguía fácilmente del linfoma de linfocitos B grandes difuso por el elevado nivel de expresión de los genes diana de c-myc la expresión de un subgrupo de genes de linfocitos B de centro germinal y el bajo nivel de expresión de genes del complejo principal de histocompatibilidad de clase I y de genes diana del factor nuclear KB. Ocho muestras con un diagnóstico anatomopatológico de linfoma de linfocitos B grandes difuso presentaban el perfil de expresión génica típico del linfoma de Burkitt, lo cual parece indicar que eran casos de linfoma de Burkitt difíciles de diagnosticar con los métodos actuales. De entre los 28 pacientes con un diagnóstico molecular de linfoma de Burkitt, la supervivencia global fue superior en los que habían recibido regímenes quimioterápicos intensivos en lugar de regímenes de dosis bajas.
CONCLUSIONES: El perfil de expresión génica es un método cuantitativo preciso para distinguir el linfoma de Burkitt del linfoma de linfocitos B grandes difuso
Definición biológica del linfoma de Burkitt a partir del perfil transcripcional y genómico
ANTECENTES: No está clara la distinción entre el linfoma de Burkitt y el linfoma de linfocitos B grandes difuso. Utilizamos el perfil transcripcional y genómico para definir de forma más precisa el linfoma de Burkitt y para distinguir subgrupos en otros tipos de linfomas de linfocitos B maduros de gran malignidad.
METODOS: Estudiamos el perfil de expresión génica con GeneChips U133A de Affymetrix en el ARN de 220 linfomas de linfocitos B maduros de gran malignidad, entre los que se incluía un grupo central de 8 linfomas de Burkitt que cumplían todos los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se generó un perfil molecular característico para el linfoma de Burkitt y se detectaron las anomalías cromosómicas mediante hibridación in situ con fluorescencia de células en interfase e hibridación genómica comparada utilizando micromatrices.
RESULTADOS: Utilizamos la firma molecular del linfoma de Burkitt para identificar 44 casos: 11 tenían las características morfológicas de los linfomas de linfocitos B difusos, 4 eran linfomas de linfocitos B maduros de gran malignidad inclasificables y 29 presentaban un aspecto morfológico de linfoma de Burkitt clásico o atípico. Además, en cinco de ellos no se pudo detectar la translocación del IG-myc característica del Burkitt, en tanto que los demás contenían una fusión del IG-myc, por lo general en cariotipos únicos. De los 176 linfomas sin la firma molecular del linfoma de Burkitt, 155 eran linfomas de linfocitos B grandes difusos. De esos 155 casos, el 21% presentaban un punto de ruptura cromosómica en el locus myc asociado con variaciones cromosómicas complejas y una evolución clínica desfavorable.
CONCLUSIONES: Nuestra definición molecular del linfoma de Burkitt esclarece y amplía el espectro de los criterios de la OMS para el linfoma de Burkitt. En los linfomas de linfocitos B maduros de gran malignidad sin firma génica para el linfoma de Burkitt, los puntos de ruptura cromosómica situados en el locus myc se asociaron con una evolución clínica adversa