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martes, 12 de febrero de 2008







Una hormona podría ser el objetivo de un nuevo fármaco para prevenir el linfedema y la propagación tumoralUna hormona secretada por las células de todo el cuerpo y conocida por desempeñar un papel en las enfermedades cardiovasculares y otras funciones celulares es también crítica para la adecuada formación del sistema linfático en ratones, de acuerdo con la investigación del Colegio de Medicina Chapel Hill de la Universidad de Carolina del Norte (UNC).
Obteniendo esta hormona, llamada adrenomedulina, los investigadores podrían ser capaces de tratar a las más de 100 millones de personas en el mundo afectadas de linfedema, una estado que causa tumefacción dolorosa en brazos y piernas.



“Nuestra investigación también podría conducir a terapias para prevenir que las células cancerosas que viajen a través estos vasos linfáticos para infiltrarse en otras partes del cuerpo”, dijo Kathleen M. Caron, autora senior del estudio y profesora asistente de fisiología y genética celular y molecular en la UNC.



La adrenomodulina es un potente péptido vascular que puede aumentar los vasos sanguíneos existentes e incluso promover el crecimiento de unos nuevos. Pero también tiene muchas funciones más, tales como ayudar en el control del metabolismo, el ritmo cardíaco, el hambre y la sed, la respuesta al estrés, la actividad antibacteriana y en la transmisión de la señal nerviosa.
El estudio, publicado el 20 de diciembre de 2007, en Journal of Clinical Investigation, demuestra que este péptido es necesario para otras funciones en nuestro cuerpo: sin él, nuestro sistema linfático – una importante parte del sistema inmune de nuestro cuerpo - no se forma con normalidad. El sistema linfático incluye a los nódulos linfáticos y una red de delgados tubos que transportan líquido y células del sistema inmune que se han filtrado desde los tejidos del sistema circulatorio. Estos tubos se ramifican por todos los tejidos del cuerpo, como los vasos sanguíneos. Entre dos y tres litros del líquido casi incoloro llamado linfa viajan a través del sistema linfático en un día.
Si este sistema falla en su correcta función, se acumula el exceso de líquido y el tejido se hincha, causando el linfedema. En raras ocasiones, la enfermedad es heredada a través de mutaciones genéticas. Para dos de cada tres millones de supervivientes de cáncer, esto se produce como consecuencia de un tratamiento temprano, como la extirpación quirúrgica de los nódulos linfáticos y la terapia de radiación que crea un daño en el sistema linfático que persiste toda la vida. Pero la causa más común, afecta a 120 millones de personas en el mundo, es una infección por parásitos.
“El linfedema es un problema muy serio”, dijo Caron. “No sólo limita su movilidad, sino que puede ser bastante doloroso y desfigurante”.
Los únicos tratamientos actuales para la enfermedad – usar medias de baja compresión y otras prendas, y masaje – no son de mucha ayuda, dice Caron. Anteriormente, sólo una docena aproximadamente de genes habían estado implicados en la formación de los vasos linfáticos, o linfangiogénesis, y ninguno de ellos ha producido aún una terapia eficaz. Pero a través de este estudio, los investigadores han descrito tres nuevos objetivos, la adrenomodulina y dos de sus acompañantes en la célula, los cuales juntos abrazan una verdadera promesa para un tratamiento farmacéutico para el linfedema.
Caron y su equipo de investigadores descubrieron la importancia de esta hormona en la formación del sistema linfático tras manipular genéticamente a ratones para que tuvieran una completa falta bien de adrenomodulina o de sus compañeros celulares relacionados. Encontraron que estos ratones se parecían mucho a los ratones con daños en la linfangiogénesis. Un cuidadoso examen demostró que los sacos linfáticos que normalmente recogen el exceso de líquido de los tejidos eran mucho más pequeños de lo que esperaban, y los sacos sin adrenomodulina estaban compuestas por células más pequeñas que las normales.
Aumentando la adrenomodulina dentro de las células del sistema linfático, los investigadores creen que pueden fomentar la proliferación de sacos linfáticos y que capten más líquido. Este enfoque no sólo puede proporcionar un tratamiento nuevo para el linfedema, sino que además podría resultar útil en la prevención de la propagación del cáncer porque los cánceres invasivos a veces penetran en los vasos linfáticos y metastatizan lugares a distancia.
“En futuros tratamientos del cáncer, los pacientes que padezcan estos cánceres agresivos podrían ser identificados de con anterioridad y podrían ser tratados con un fármaco que inhiba el crecimiento de los vasos linfáticos que transportan las células cancerosas, de esta manera se mantiene el cáncer bajo control”, dijo Caron.